viernes, 19 de octubre de 2018

Gálvez: “Muchas personas no pensaban que lleguemos lejos”

Los torneos internacionales se transforman en vitrina para cualquier futbolista. Es el caso de María Cristina Gálvez, la figura de la selección boliviana de fútsal femenino que ocupó el cuarto puesto en esta disciplina en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires.
La ‘Peque’ Gálvez derrochó magia con la pelota mientras Bolivia avanzaba a las semifinales en forma sorpresiva. “Muchas personas no esperaban todo esto, pero gracias a Dios, a nuestros familiares y a personas amigas se pudo hacer realidad”, afirmó la jugadora cruceña, quien jugó lesionada en el tramo final del certamen.
La preparación del seleccionado femenino no fue adecuada, de hecho dispuso de un par de semanas para ajustar líneas. El resto de los equipos acumulaban de uno a tres años de entrenamiento.
Gálvez, de 18 años y que milita en Racing Futsal de la asociación local de este deporte, recibió la ovación de propios y extraños tras anotar 14 goles con la Verde. Reveló que festeja de rodillas y con las manos arriba para pedir a Dios que le brinde fuerzas para salir adelante en sus estudios, trabajo y práctica deportiva.
Confesó que admira a Lionel Messi y Ronaldinho Gaúcho, no solo por tratarse de dos grandes jugadores, sino porque se siente encantada con la humildad que derrochan fuera de las canchas.
Después de una campaña aceptable en la primera ronda, las derrotas ante Portugal (16-2) y España (11-0) mermaron el ánimo de la jugadora más destacada de la Verde.

COMENZÓ A JUGAR
DESDE LOS 5 AÑOS

María Cristiana Gálvez se enamoró del balón a los cinco años. Cuenta que mientras sus hermanas jugaban a las muñecas ella prefería dominar la pelota, pese al estrecho espacio que tenía en casa.
“Yo tenía que sufrir para que mi hermana pueda jugar fútbol conmigo. Me ponía la condición de que si yo jugaba a la muñeca con ella, recién podía hacerlo con la pelota”, reveló Gálvez, cuyo pase pertenece al club La Crema-Blooming.
Cuando no le salían las cosas con el balón, entonces aparecía su padre para alentarla: “Me decía que tenga paciencia, que si fuera fácil todo el mundo lo haría”.

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