El poker de Mario. Habiendo ganado por 3-2 la ida de las semifinales, Santander afrontaba el partido ante Cotas sabiendo que solo una victoria concretaría la faena finalista. Sin embargo, el cotejo ante Cotas fue muy dramático. El poder goleador de Mario Vargas le dio la cuota de gol que necesitaba ante Cotas, que en ningún momento dejó de atacar y de sentir que podían ser finalistas, hasta que sonó la chicharra de finalizado el partido.
Mientras que en el partido de CRE ante La Crema, luego de un primer tiempo que finalizó 0-0 el equipo eléctrico parecía no encontrar el rumbo.
A los 12 minutos del segundo tiempo parecía que La Crema encontraba su salvación en el zapatazo de Denis Estívariz. De haber conseguido la victoria ambos equipos hubieran tenido que ir a un tiempo extra. Sin embargo, cuando todo parecía encaminado al alargue, una jugada providencial de José Antonio Quiroz le dio el empate y la clasificación a la final a la CRE que va por otro título en su extenso palmarés.
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