En esta ocasión, como ya se ha vuelto una costumbre en los últimos torneos internacionales, los dirigidos por el paceño Marco Plata tuvieron que pasar una serie de inconvenientes antes de viajar a Brasil.
Primero, la preparación solo duro nueve días, cuando antes esta era de 30 a 45 días. Además, si se compara el trabajo con sus rivales, estos se entrenan y juegan amistosos durante todo el año. “La verdad que no hay dinero para pagar una concentración más larga”, explicó Jorge Rojas, tesorero de la Federación Boliviana de Futsal (Febolfusa).
También falló en su apoyo la FBF, que entregó, en primer lugar, material deportivo usado para el entrenamiento, e incluso, en algunas prácticas, se vio a jugadores con poleras de diferentes marcas, situación que no ocurre ni con las selecciones departamentales de Santa Cruz. Además, los uniformes que están utilizando en Brasil pertenecían a la selección femenina que compitió en el Sudamericano de fútbol, que se realizó recientemente en Sucre y en Santa Cruz.
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