lunes, 5 de septiembre de 2016

Marcelo Quiroga Salcedo un "guerrero" del fútbol de salón

Patear una pelota es muy sencillo, aprender a jugar con ella y ser una figura es otra situación, se logra con mucho sacrificio, esfuerzo y preparación. Uno de esos guerreros y conquistadores deportistas es Marcelo Quiroga Salcedo, un orureño que aprovechó las oportunidades para dejar como legado sus triunfos mediante el aporte de su talento.

Sus ojos se abrieron el 13 de febrero de 1989, fue bachiller del colegio Americano y estudió la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Privada de Oruro (Unior).

Su carrera deportiva se inició mostrando la aptitud y actitud para hacerlo cuando apenas supo caminar. Mucho influyó el apoyo de su papá, Oscar quien también era deportista y llevaba a su pequeño a los partidos para que lo viera jugar.

Ese fue el chispazo de motivación para seguir sus pasos y Marcelo se encaminaba a su destino. Su progenitor también entendió esa situación y apoyó en los entrenamientos y el aprendizaje tanto del fútbol de salón como del fútbol.

"Fue quien nos forjó en el fútbol de salón como en el fútbol. Me gustaba corretear en la cancha junto a mí hermano (Omar), eso afirmó que me gusta el deporte", aseguró.

Apenas con siete años, formó parte de su primer equipo, el Club Alemán y siguió defendiendo esos colores hasta la categoría juvenil.

Al margen del impulso familiar, vio que el ritmo competitivo en la ciudad de Oruro era fuerte, un claro ejemplo fue que muchos jugadores locales eran parte de la selección boliviana de fútbol de salón. Marcelo quería estar al "tono" de ellos y siguió entrenando para llegar a colocarse en la palestra de este deporte.

Asimismo, jugar constantemente creó una especie de romanticismo entre él y el balón, aspecto que lo vivió con una verdadera pasión, hoy aún latente en su alma, vida y corazón.

"Para mí el fútbol de salón es lo más importante, incluso lo puse delante de los estudios, me encantaba ir detrás de la pelota. Me la podía pasar jugando todo el día al fútbol y eso que hasta ahora está presente en mí, el amor al balón. Nunca me cansaba, sino jugaba en los campeonatos de las distintas asociaciones, me dedicaba a jugar en la casa junto a mi hermano", señaló.

Con el paso del tiempo fue encontrado su lugar en el campo de juego, se convirtió en un armador, era como un "diez" en el fútbol. Desequilibrante y líder del equipo.



SAN JOSÉ

Con esa premisa, tenía algo pendiente, cumplir un sueño que lo tenía guardado desde pequeño. Era llegar a San José de Oruro. El fútbol de salón le abrió la puerta para hacerlo, ya que el profesor Mario Parrado lo invitó a ser parte de la categoría primera.

No desperdiciaría esa oportunidad, trabajó sin descanso para subir al primer plantel. No pasaron muchos meses y con la confianza que le dio el profesor Marcos Ferrufino, Marcelo debutó frente a Real Mamoré el 2007 en la ciudad de Oruro.

Cuando su carrera en el fútbol iba en ascenso, llegó la frustración, ya que en San José se cambió de cuerpo técnico y Orozco al mando del plantel hizo cambios, matando la ilusión orureña.

Marcelo siguió en el deporte y volvió al fútbol de salón al Club Cobbel, que lo integraba antes de llegar a San José, desde la categoría Primera de Honor. Aunque muchas veces pidió permiso en el equipo de fútbol para escaparse y jugar sus encuentros en el quinteto mencionado.

El sacrificio que hizo desde pequeño tendría sus réditos en la máxima categoría del fútbol de salón, aquella cosecha se dio al ganar en la final a VHSR, cuyo plantel tenía jugadores de la selección boliviana.

"Era una cancha repleta de gente, se dio la sorpresa y obtuvimos nuestro primer título como partícipes de la primera de honor", afirmó.

Así como hubo una alegría también se presentó una tristeza y Marcelo consideró que haber perdido la final del nacional disputado en la ciudad de Oruro en agosto precedente, realmente fue la frustración.

Pero tampoco el mundo se acabó ya que pretende continuar para seguir cosechando más lauros.

Asimismo, planteó que las nuevas generaciones en este deporte, sigan preparándose con empeño y mucha dedicación porque los resultados se logran a futuro.

"A todos los que ven el futsal de una manera profesional se aboquen a eso y sea consciencia de cada uno para crecer. Cada persona quiere ser un jugador profesional, ser un ejemplo, para ello hay que trabajar sin descanso", manifestó.

Marcelo no para de soñar, su próximo objetivo es llegar más lejos, ser jugador de la Selección Boliviana de fútbol de salón y conseguir todos los lauros que se puedan cuando se dé esa oportunidad.

2 comentarios: